Si tienes relaciones sexuales, orales, anales o vaginales, puedes contraer una enfermedad de transmisión sexual (ETS). Si no se tratan, pueden aumentar el riesgo de adquirir otras infecciones de transmisión sexual como el VIH. Esto sucede porque una infección de transmisión sexual puede estimular una respuesta inmunitaria en el área genital o provocar irritación.